Es el título que le dimos a un encuentro de personas que trabajamos en salud y a la vez somos usuarios, durante los días 6, 7 y 8 de marzo en el Centro Mariápolis de Alta Gracia, Córdoba.
Fuimos de todo el país, y entre nosotros (miembros del Movimiento de los Focolares), estuvieron también personas del Movimiento de la Palabra de Dios, que están en Córdoba. Fue muy lindo compartir visiones y problemas (y soluciones) de gente de la Patagonia, de Mendoza, de Córdoba, de Rosario, Santiago del Estero, CABA, San Juan, Chaco y provincia de Buenos Aires. Muchos nos conocíamos, otros no, fue la primera vez que nos veíamos, y realmente fue muy positivo construir relaciones humanas con todos y todas. La participación de mujeres fue categórica. De 35 personas fueron 31 mujeres.
El día que llegamos, nos reunimos y nos presentamos, quienes somos, qué hacemos, algún comentario de nuestro trabajo y compañeros de trabajo, y compartimos la visión que tenemos de nuestro ambiente, lo que hacemos, etc. Fuimos médicos, enfermeros, trabajadoras sociales, psicólogos, bioquímicos, kinesiólogos, acompañantes terapéuticos, abogados, fonoaudiólogos, psicopedagogos, técnicos y usuarios/pacientes.
Al día siguiente durante la mañana, nos dedicamos a trabajar en grupos nuestro aporte personal a la fraternidad universal en nuestro ámbito. La figura del poliedro nos sirvió para reflexionar sobre lo que somos y si cumplimos con nuestra cara del poliedro o nos falta pulirnos. Partimos de la construcción de La Salud, como paradigma, considerando que la Salud tiene tres puntos paradigmáticos que la construyen: lo comunitario, lo individual y lo espiritual. (La imagen habla más que las palabras.) Luego del trabajo grupal, compartimos lo que trabajó cada grupos. Algunos puntos sobresalientes: “el individuo es más importante que el paradigma con que se lo estudia, el hombre es el motivo de nuestro trabajo”; “somos todos los seres humanos complementarios los unos de los otros”; “en una persona está toda la humanidad”; “la naturaleza tiende al desorden y la mezcla”. Por todo esto, dar lo mejor que tenemos es lo mejor que le puede pasar a otra persona y al que da, ya que dando nos mejora, y nos hace descubrir facetas nuestras antes no conocidas. Y estas facetas son las que nos hacen ser completos en nuestra cara que forma el poliedro con otras personas.
Ese sábado a la tarde utilizamos como disparador del trabajo grupal un video sobre el proceso de muerte, para ubicarnos en qué lugar nos paramos al lado del que está pasando una experiencia penosa por su enfermedad, o transitando su final de la vida. Y pudimos ayudarnos a entender la importancia de acompañar humanamente al que es motivo de nuestro trabajo, además de hacer lo posible de acuerdo a nuestro conocimiento técnico. Y comprometernos a informarnos, mejorar en nuestro trabajo, pero también en la humanidad nuestra, de manera de no ser un estorbo con estudios y tratamientos que quizá no signifiquen nada en el proceso de salud-enfermedad que está haciendo el usuario y también su familia que lo rodea. Lo importante es el hombre y el arte de amar nos da el norte hacia donde ir.
Ser los primeros en amar, hacerse uno con el otro, amar al enemigo y amar a todos, es la respuesta que podemos dar a todos los interrogantes que surgen día a día no sólo en nuestras profesiones, sino también, en todos los ámbitos de la vida. Y si amamos, nos relajamos, nos viene la paz, y si el amor es recíproco, la felicidad cotidiana, es el resultado. No debemos preocuparnos por nosotros sino por el otro, y provocar la vuelta, que el otro se preocupe por mí. Así salen soluciones, y se aceptan los límites de la existencia, que nos da una resolución de problemas que de otra manera no lo podríamos hacer.
Por último, el domingo de mañana, hicimos también una mesa redonda, donde vimos la posibilidad de ampliar el número de personas que participen de un próximo encuentro. Lo pensamos como Jornada o Congreso. Siempre partiendo de que lo importante, el foco, es La Salud, no la asistencia a la enfermedad. Si bien esto último es nuestra razón de ser, sabemos de los límites científicos y técnicos que tenemos, que existen otras medicinas no aceptadas por el sistema pero que son tan o más efectivas que la que usamos diariamente, y jerarquizamos la importancia de la Ecología y los aportes que hace. Cuidando el medioambiente y fomentando la producción de alimentos sanos, el aporte a la Salud de las personas y los pueblos, es incomparable.
Presentamos también la Asociación Salud, Diálogo y Cultura, que es la organización mundial a la cual pertenecemos. El propósito es vivir ya que la respuesta a nuestras preguntas, surgen de la fraternidad, relación entre nosotros que cuando no está, no llegamos a lo que debemos llegar. La página donde conocer la Asociación: http://www.healthdialogueculture.org/es/
(Colaboración de Pablo Troncoso – Neuquén)